miércoles

Borrachos sin vergüenza


Hay muchas cosas que reconocemos como atraso social en un país del tercer mundo, pero por estos días es aún más notorio el hecho de que algunos servidores públicos muestren su retraso mental al tomar el volante de sus vehículos y circular con armas sin licencia o sin la misma licencia tránsito por las calles colombianas.

Pero es todavía más indignante el hecho de que estos mismos empleados nuestros consideren que por haber recibido nuestros votos, tengan el derecho de pasar por encima de la autoridad que tiene como propósito hacer cumplir las leyes, que incluyen las de tránsito y proteger la integridad y la vida de todos los otros ciudadanos que no andan por las calles en estado de embriaguez y a la vera del peligro de los borrachos. 

No es en verdad sorprendente que los mismos legisladores, colegas de Merlano, implicado en un caso de embriaguez y falta de licencia tránsito al conducir; hayan hundido una ley que castiga el retrógrado comportamiento de los irresponsables al volante, con la excusa de que judicializar a los borrachos congestionaría los juzgados en todo el país, pero, me pregunto si ¿buscar más facilidades a los jueces, no hace más desvergonzados a los infractores?

Desde mi punto de vista esto muestra de reojo la problemática del país, no es solo el hecho de ser unos borrachos con excusas, es además falta de conciencia, de educación, es la desfachatez de mencionar que por tener una cantidad X de votos  o un cargo público e influencia sobre otros corruptos se puede faltar el respeto a todos los colombianos que terminan siendo dobles víctimas; por un lado son abusados porque sienten que la ley es para los de ruana, y por otro porque al final del periodo de cada electo se viene a saber de los malos manejos y sucios trucos que usan para sacar partido y una vez más abusar del poder que nosotros mismos les hemos otorgado.

Cada vez que se destapa un escándalo en este país uno se pregunta cuál será la solución para acabar con la corrupción de los colombianos y desgraciadamente termino respondiéndome que eso es un mal que adquirimos desde la época de la mal llamada conquista, pues los visitantes europeos fueron quienes nos enseñaron a hacer negocios con picardía y la corruptela se propagó bajo la sombra de “malicia indígena” a la que muchos coterráneos le hacen honor y encuentran en ella el escudo perfecto para seguir delinquiendo.

Duele saber que por años hemos sido así que a pesar de las campañas de unos pocos y la poca voluntad de rectitud que se supone nos enseñan desde el hogar, sigamos siendo tan vulnerables y débiles ante las tentaciones del dinero y el poder que han llenado nuestros egos, solo por eso creemos que es fácil pasar por encima, por ejemplo de un patrullero que cumple con su deber de autoridad de tránsito o de cualquier persona que consideramos de menor rango o calaña que nosotros.

Hace falta poner los pies en la tierra, vivir menos del qué dirán y hacer más por lo que en verdad nos pagan o los eligen. Exigir resultados concretos a los gobernantes de turno es un derecho y un deber, no se deje comprar el voto, si usted se vende, nos perjudica a todos. Respétese y respete a sus compatriotas, pero sobre todo, no sea cómplice de ningún hecho de corrupción, pues la víctima tarde o temprano será usted.

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